jueves, 12 de mayo de 2011

Casi Famosos, de Cameron Crowe

Este fin de semana encendí el televisor… nada qué hacer, la misma basura de siempre. Documentales sobre edificios o carros gigantes, algún reportaje sobre lo increíblemente rico que es este o aquel, series malucas en todas partes….Afortunadamente en VH1 estaban pasando de nuevo Casi famosos (2000) de Cameron Crowe. No recuerdo cuándo fue mi primera vez con esta película, pero estoy seguro que desde entonces la he visto más de diez veces. Creo que ello se debe en buena medida a que ciertos canales insisten en repetirla hasta el cansancio. Me da igual, pienso repetirla tantas veces como pueda…. ¿Cómo va uno a resistirse al poder casi hipnótico de los rizos dorados de Kate Hudson? ¿Y cómo va uno a privarse de esa banda sonora que lentamente va soltando como joyas canciones memorables de Simon and Garfunkel, Led Zeppelin y the Altman Brothers?







Casi Famosos, es un entrañable homenaje a la amistad, al amor y a la música en el que se nos cuenta la historia de William Miller (Patrick Fugit), un adolescente de quince años que escribe un reportaje para la revista Rolling Stone sobre Stillwater, una banda de Rock cuya fama apenas comienza. Es el año 1973 y Miller sigue a la banda durante una de sus giras, lo cual convierte a la película además en un road movie. En el trayecto el joven conoce a Penny Lane (Kate Hudson), una grupie hermosa y encantadora de quien con toda razón se enamora, a cualquiera le hubiera pasado. Como parte de su trabajo periodístico Miller trata de entrevistar a todos los miembros de la banda pero nunca encuentra la oportunidad de entrevistar a Rusell (Billy Crudup), el guitarrista, y de esa forma su viaje se alarga una y otra vez… y en ese auténtico viaje de sexo, drogas y rock and roll el protagonista pierde la inocencia (felizmente y asistido por unas grupies preciosas quienes son las encargadas del “desfloramiento”) y deja atrás la infancia.








Una presencia que también le aporta a la película una buena porción de su carisma es la del gran crítico de Rock de la revista Cream, Lester Bangs, interpretado por un Philip Seymour Hoffman como siempre inmejorable. Bangs esta casi obsesionado con la idea de que el rock and Roll ha muerto, sepultado por la industria de la música que lo despojó de su pureza. “Be honest and unmerciful”, se honesto e inmisericorde, le repite al joven reportero, tratando de instigarlo a que les muestre a los lectores la hipocresía y la vanidad de aquellos que se consideran músicos pero que solo buscan el brillo de la fama.








Cameron Crowe, a quien entre otras películas no precisamente memorables recordamos por ese esperpento que fue Vanilla Sky (2001), ha reconocido que Casi Famosos es una historia semiautobiográfica (el “desfloramiento” y las cartas con Bangs, por ejemplo, son hechos reales vividos por Crowe). Él mismo, así como William Miller, fue corresponsal de la revista Rolling Stones en la década de los 70, y es recordado como el reportero más joven que tuvo la revista. Como parte de su trabajo periodístico cubrió giras de gente como Eric Clapton, David Bowie, Neil Youn, Led Zepellin. De hecho Crowe continúa como colaborador de la revista.








En 2010 las pantallas de cine se alegraron con el estreno de Taking Woodstock la bella película de Ang Lee sobre aquel mítico concierto. Unos años antes Richard Linlater nos había hecho morir de la risa con Escuela del Rock. Mucho antes vimos Across the Universe, Alta fidelidad, The doors, Rock Star, La Bamba… Por supuesto no podría dejar de mencionar Syd and Nancy, The Wall y en fin…tantas otras… Casi Famosos (Almost Famous) constituye uno de los momentos más afortunados de aquella especie de subgénero de películas dedicadas a contar la historia del Rock and roll… Y siempre que doy con este pequeño clásico del cine me quedo esperando ansioso aquella inolvidable secuencia del bus en la que con cara de cansancio y derrota luego de una mala noche, los personajes cantan Tiny Dancer, la hermosa canción de Elton Jhon…y la cantan hasta que son felices otra vez… y uno siente que no hay nada más hermoso en la vida que la música y que en ocasiones no hace falta nada más que una canción. Recuerdo muy pocas secuencias de otras películas tan llenas de encanto y de magia.

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