lunes, 25 de abril de 2011

Un año más, de Mike Leight.





Como de costumbre la cartelera de la ciudad es una vergüenza: Dudosas películas de acción, insípidas comedias románticas, muñequitos…en fin. Luego del pequeño remanso que significó la temporada de estrenos de las cintas nominadas a los Oscar (que nos deparó una o dos sorpresas agradables) era obvio que seguiría un agujero negro de aburrimiento y mediocridad. Hace unos días sin embargo apareció como una especie de promesa la última película del Mike Leight, el gran director inglés de cine, teatro y televisión, recordado por cintas como Secretos y mentiras (1996) y Vera Drake (2004). Debo decir que mi admiración por Leight no despertó con su propia obra, que de hecho es sólida e interesante. No. Mi respeto por él llegó cuando supe de su influencia en la obra del pintor neoyorquino Eric Fischl…

Sucker Punch, de Zack Snaider



El sábado no tenía mucho qué hacer. Abrí el periódico y miré la cartelera de cine. No había casi nada decente, pero en un rincón de la página estaba la última película de Zack Snaider Sucker Punch. Pensé que el director de 300, Sin City y Watchmen bien merecía una oportunidad. Así que me bañé y me fui para cine en medio de un aguacero incipiente. Sin embargo decidí pasar por la librería primero, tenía ansiedad de leer “Expiación”, la novela de Ian McIwan. Cuando salí de la librería ya había escampado así que me fui caminado tranquilo. Justo cuando doblé por la 65 comenzó el aguacero nuevamente. Yo seguí mi camino sin ningún sobresalto. El agua caía a plomo, la calle estaba desierta. Llegando a la estación del Metro un tipo me alcanzó y caminó a mi lado. Pura cara de atracador.