Primera entrada sobre historia de Colombia. Dedicada a un oscuro boxeador cuyo asesinato marcó el peor momento de una enemistad política legendaria.
Una conclusión posible sobre la situación del presidente
Alfonso López Pumarejo durante su segunda administración (1942) es que, si bien los escándalos que la entorpecieron hubieran logrado hacerle daño sin que
importaran mucho las circunstancias que los acompañaron, hubo una especialmente dañina sin la cual probablemente López habría descartado su
renuncia: su reciente enemistad con Laureano Gómez.
Ambos habían estado en contra del régimen de Abadía Méndez.
Ambos acecharon al viejito Marco Fidel Suárez hasta que lo hicieron renunciar de la presidencia en 1921 y lo llevaron a la amargura: Gómez, además de reprocharle el
desenlace del conflicto de Panamá, no le perdonó haber gestionado en el Banco Mercantil
el adelanto de algunos de sus sueldos de presidente*. López lo fustigó “por
haber pagado unas resmas de papel de imprenta destinadas a publicaciones
oficiales, a treinta pesos en vez de once, como se lo ofrecieron otros
contratistas”. En esos términos lo recuerda Suarez en Los Sueños de Luciano
Pulgar. Gómez apoyó la primera candidatura de Alfonso López Pumarejo (1934), y
durante su posesión como presidente de la república pronunció un discurso en el
que evocaba la gran amistad que los unía. Unos días antes López había declarado a El Tiempo: “Mi amistad
con Laureano Gómez es digna de respeto. Me parece muy importante que el jefe
del partido conservador defina la posición de su partido frente al gobierno
liberal en el acto de inauguración presidencial el próximo siete de agosto. Sin
embargo, una vez posesionado López, no tardó en aparecer el motivo que
constituyó el inicio de una enemistad legendaria en la vida pública de Colombia,
equiparable a la de Obando y Mosquera y mucho más feroz sin duda que la de
Santos y Uribe en nuestros días.
“Mi amistad con Laureano Gómez es digna de respeto. Me parece muy importante que el jefe del partido conservador defina la posición de su partido frente al gobierno liberal en el acto de inauguración presidencial el próximo siete de agosto”.
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En 1930, luego de cuarenta y cinco años de hegemonía
conservadora, Enrique Olaya Herrera, un
político liberal llegó a la presidencia. Tiempo después un rumor recorrió el país como un incendio: cerca de un
millón de los votos que eligieron a Olaya Herrera eran falsos. El hecho nunca
pudo comprobarse pero López se comprometió a elaborar un código electoral que
en el futuro le garantizara al partido conservador unos comicios justos. El
parlamento aprobó entonces una ley electoral pero, según Laureano Gómez, dicha
ley no le daba al conservatismo una representación adecuada. A propósito del
asunto Laureano escribió lo siguiente en el editorial de El Siglo de marzo 22
de 1937: “Declaro que creí siempre en su palabra (en la de López), sin abrigar
al respecto ninguna reserva. Las circunstancias peculiares en que él y yo nos
encontrábamos me deciden a expresar en público el siguiente interrogante que
hace ya meses formulo a solas y con honda desolación todos los días: ¿El de señor López me engañaba?” (Extraigo la cita del
libro de Álvaro Tirado Mejía: Aspectos políticos del primer gobierno de Alfonso
López Pumarejo).
De cualquier forma, no fue solo el incumplimiento de una
promesa lo que lo que determinó el alejamiento de los dos políticos. Las
convicciones de Laureano hacían imposible su amistad con el gobernante liberal:
el ‘zarpazo’ de Roosevelt había acentuado un sentimiento anti yanqui que tenía
fundamentos religiosos y radicales ¿Cómo
iba a tener él en buena consideración a un país en el que convivían sin ningún
inconveniente protestantes masones y judíos? Laureano se manifestó en contra de
los Estados Unidos en la Primera y Segunda Guerra Mundial, y apoyó
decididamente a Franco durante la guerra del treinta y seis en España. López en cambio estuvo a favor de la
república y puso el Ejército Colombiano a las órdenes de los Aliados. Además de
eso puso a funcionar su famosa Revolución en Marcha, que contradecía
fundamentalmente las ideas del caudillo conservador.
* Eduardo Lemaitre sugiere que el aborrecimiento de Laureano por Marco Fidel surgió en 1914 luego de un debate en el congreso cuando Suárez era Canciller y trataba de sacar adelante el Tratado con Estados Unidos para normalizar las relaciones luego del despojo de Panamá. El señor Canciller quiere que firmemos el tratado como unos ovejos, dijo Laureano durante su intervención. Suárez, que fue un gramático consumado, uno de los más grandes en este país de gramáticos, interrumpió para corregirlo: no existen los ovejos. Laureano lo miró con furia pero el viejito continuó: el macho de la oveja se llama carnero. Durante mucho tiempo Laureano Gómez fue conocido informalmente como 'el ovejo'.
La muerte de Mamatoco (II)
La muerte de Mamatoco (III)
* Eduardo Lemaitre sugiere que el aborrecimiento de Laureano por Marco Fidel surgió en 1914 luego de un debate en el congreso cuando Suárez era Canciller y trataba de sacar adelante el Tratado con Estados Unidos para normalizar las relaciones luego del despojo de Panamá. El señor Canciller quiere que firmemos el tratado como unos ovejos, dijo Laureano durante su intervención. Suárez, que fue un gramático consumado, uno de los más grandes en este país de gramáticos, interrumpió para corregirlo: no existen los ovejos. Laureano lo miró con furia pero el viejito continuó: el macho de la oveja se llama carnero. Durante mucho tiempo Laureano Gómez fue conocido informalmente como 'el ovejo'.
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HOY SE REPITE LA HISTORIA CON OTRO PERSONAJE Y SURGE LA PREGUNTA OBLIGADA ¿QUIEN O QUIENES ASESINARON AL DR ALVARO GOMEZ HURTADO?
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