domingo, 2 de diciembre de 2012

Un plato de sopa, etc.




Antes de existir los blogs estaban las libretas de apuntes. Yo comencé a usarlas cuando ingresé al taller de escritores de Mario Escobar. Al viejo le parecía inconcebible que alguien que pretendiera escribir fuera por el mundo sin un lugar donde registrar todo: impresiones, recuerdos, ideas… en fin. Y semana tras semana seleccionaba a alguien para que leyera un fragmento de sus apuntes. Creo que todos accedíamos con un poco de vergüenza.

El caso es que desde esa época he llenado varias decenas de libretas. Haciendo un balance equilibrado creo que no hay mucho de valor en ellas, todo demasiado pretencioso; pero releerlas creo que me ayuda a conocerme un poco mejor. Eso ya es algo, digo yo.

Hace unos días tomé al azar una de esas libretas, una muy vieja, y me encontré con una breve entrada sobre, según reza el título, pruebas de valor en la literatura. Una selección de episodios de valentía en unas cuantas novelas, casi todas ellas muy célebres. A continuación transcribo esa lista y, como ahora se trata de un blog, agrego dos de los episodios referidos en alguna adaptación al cine.

1. Gregorio Samsa saliendo de su habitación, reclusorio, para oir tocar el violín a su hermana.

En este momento de la novela lloré.

2. El Coronel, tan paciente y aplomado, respondiendo ‘mierda’

3. El Señor Magdalena declara ante un tribunal que él es Jean Vanjean:

Luego de una vida brutal y sórdida, ya lejos de la cárcel, de donde milagrosamente pudo escapar, Jean Valjean se ha convertido en el venerable Señor Magdalena, un hombre rico a fuerza de trabajo honesto y disciplina. En su vida acaba de aparecer Fantine, una prostituta desvalida y hermosa a la que aprende a amar, no sabemos si como hombre o como padre. La frágil, y a su manera virtuosa mujer, es una especie de ángel caído, como él. Entonces, cuando esta cerca de alcanzar la plenitud, Valjean escucha una noticia: en un pueblo cercano ha sido capturado Jean Vajean, y será condenado a muerte. La vida le ha puesto nuevamente una zancadilla: ¿debe quedarse disfrutando de la plenitud de su vida al lado de Fantine o debe acudir a salvar la vida de aquel desgraciado con quien lo están confundiendo? En el fondo Los Miserables es una gran tratado de sobre la moral y la ética. Valjean decide acudir al juicio para declarar que él es el hombre a quien buscan… pero lo hace luego de librar una batalla feroz consigo mismo, es uno de los momentos más intensos y complejos que yo recuerdo haber leído en una novela… Y luego de que renuncia a su nueva vida feliz declarando su verdadera identidad, descubrimos que su pelo ha encanecido por completo, en solo una noche…

Hay algunas adaptaciones contemporáneas de la gran novela de Victor Hugo, una de Claude Lelouch con Jean Paul Belmondo en 1995; pésima, a mi manera de ver. Otra de de Billie August, de 1999, protagonizada por Leam Nesson, Clare Danes y Geofrey Rush; considerablemente entretenida. Y una serie de televisión con Gerard Depardieu y John Malckovich, bastante aceptable pero en la cual el momento de la confesión de Valjean no alcanza el nivel esperado de intensidad… pronto podremos ver la nueva versión, inspirada en el célebre musical de Brodway.

4. Enjolras ante el pelotón de fusilamiento (Los miserables)

5. Bricky y Quinn, en una madrugada incierta, saliendo a buscar al asesino. (El plazo expira al amanecer de William Irish)

Siento una gran predilección por esta pequeña novela olvidada. En ella la ciudad de Nueva York el gran villano que no deja escapar a un par de campesinos sencillos que creyeron encontrar en ella la redención de una vida anónima y gris. Una noche ambos se encuentran con el cadáver de un desconocido y en ese muerto, en el misterio que encierra, se encuentra para ellos la única posibilidad de recuperar sus vidas.

6. El Poeta  acusando de asesino al Jaguar (La ciudad y los perros)

7. Pereira decidiéndose a publicar un artículo en el que denuncia la muerte de Montero Rosi (En Sostiene Pereira de Tabucchi).


8. Oliver Twists pidiendo en el orfanato un segundo plato de sopa:

Tal vez fue el momento que más me impactó de este libro, que a pesar de ser  una de mis novelas preferidas, me resulta bastante empalagoso por momentos. Por supuesto, para la época Dickens estaba complaciendo a todos los públicos, cual si fuera un escritor de telenovelas de nuestros días; pero cuando Oliver, recluido en el asilo, llorón y extremadamente delicado, se atreve a  levantarse de su asiento para pedir otro plato de sopa, lleva a cabo uno de los momentos más insurrectos de la historia de la literatura, o de mi historia de la literatura. El detestable Bumble no se lo puede creer y en el resto del comedor los demás niños huérfanos se miran atónitos. Pero Oliver solo obedece a sus instintos: tiene hambre. La escena es de una solemnidad tremenda pero al mismo tiempo de una gran sencillez.

Aquí esta la versión de ese momento en Oliver! la adaptación de Carol Reed de 1968:

 

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