miércoles, 28 de marzo de 2012

Caricatura: Keith Richards




Keith Richards (Flickr)




La idea cuando inicié este blog hace ya casi un año era escribir también sobre  la guitarra. A estas alturas creo que no lo he hecho más de tres veces… No sé bien qué ha pasado, pero no importa.  Esta entrada, que es más la imagen que el texto, quiere empezar a corregir esa falta.

Como tantas otras personas siento una reverencia ciega y sin duda injustificada por los Rolling Stones, muy especialmente por su guitarrista Keith Richards (también por Ronnie Woods, pero ya llegara el momento de hablar de él). Digo que injustificada porque creo que lejos de la fama que los asiste, los Stones en conjunto son unos músicos corrientes, y tal vez hasta mediocres, aunque llenos de destellos esos sí. El hecho de que se hayan convertido en leyendas hace parte de esa suma de fenómenos con frecuencia absurdos que constituyen la cultura pop.  Y Richards en particular no esta ni siquiera cerca de ser un virtuoso, por lo menos no de la manera tradicional. Pero tal vez en eso radica la fascinación que me produce su estilo. En él hay muy poco de autómatas como Steve Vai, Joe Satriani o Eddie Van Helen, guitarristas obsesionados por impresionar demostrando quién es más rápido. El viejo maestro del riff se toma su tiempo con las cuerdas, lo hace lentamente  y sin pirotecnias, a la manera de Jhon Lee Hooker. Es uno de esos artesanos de la guitarra que se detienen en cada nota, como saboreándola y haciéndole el amor con sabiduría, pero de la manera más lúbrica y obscena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario