Life of Pi
Se trata de una de esas historias de superación personal que
les encanta a los jurados. Después de que el buque en el que viaja con sus
padres naufraga, un niño sobrevive durante meses al garete en el océano en una
pequeña balsa en compañía de un tigre de bengala feroz.
Ang Lee fue considerablemente fiel al libro de Jean Martel.
En particular me resultó conmovedor y bien logrado el momento en el que Pi
Patel y Richard Parker, el tigre, llegan al final de su viaje: el animal,
famélico y atolondrado, se interna lentamente en la selva y se olvida, por
instinto prácticamente, de su amigo y benefactor con una facilidad asombrosa.
Probablemente todos nos hemos sentido en algún momento como Pi se sintió en ese
instante. La película es en efecto un banquete visual, cosa habitual en Lee,
que en esta oportunidad contó con la fotografía de Claudio Miranda, el chileno
que tantas veces ha acompañado a David Fincher. Incluso esta cinta tiene un
poco de la pirotecnia visual y el encanto de El misterioso caso de Benjamin
Button.
Pienso que, de todas las cintas en competencia, es la más
perfectamente cortada con las tijeras del Oscar.
Lincoln
Tenía la convicción de la película iba a resultar aburrida
hasta el sopor, pero me equivoqué. Obviamente su ritmo está lejos de ser
frenético, pero los ires y venires de la reforma que finalmente abolió la
esclavitud en un país tan pretendidamente libertario, tienen su propia tensión.
Otro factor que juega muy a favor de la
narración es Daniel Day Lewis, tan soberbio como siempre y en un
registro tan opuesto al de su anterior personaje en There will be blood.
A estas alturas tal vez solo John Huston contó la historia
de Note América tan sistemáticamente en el cine como lo viene haciendo Steven
Spielberg.
No creo que gane el premio a mejor película; pero sin duda
DDL, ganará al de mejor actor.
Zero Dark Thrirty
A la larga esta nueva película de Kathrin Bigelow es una variación
de su ópera prima: The hurt loker. La protagonista, Maya, vive por su trabajo,
no se concibe sin él. En esa medida la película va mucho más allá del asunto de
la guerra imperialista emprendida por los Estados Unidos luego del 9-11. Pero
sin duda esa guerra es uno de los ejes de la narración y a diferencia de
quienes piensan que se trata de una exaltación del orgullo americano, considero
que Bigelow da un paso más en el camino que emprendió Spielberg cuando en Munich
reflexionó sobre el vació y la locura de las guerras contra el terrorismo. Una
guerra en la que los contendores, todos, terminan convertidos en fantasmas
atormentados y atroces.
Como se ha repetido una y otra vez, la narración de los diez
años de persecución a Bin Laden avanza a zancadas, casi no da respiro. A ratos
resulta tedioso estar pendiente de tantos nombres… pero en general son dos
horas cuarenta minutos muy digeribles.
Igual es una película hecha con el molde del Oscar. Encaja
mucho más aun considerando que desde No country for old man incluso las
historias oscuras admiten la consideración de los jurados.
Argo
Durante por lo menos tres cuartos del metraje nos
encontramos con un triller político en clave de comedia considerablemente
agradable. Pero las últimas secuencias son una payasada imperdonable. Una
gringada. Creo que por esa razón es la cinta con más opciones para a ganar.
Django Unchained
Como ocurre en Lincoln, aquí nos encontramos con una cinta
en la que un solo actor, en este caso Christoph Walz, hace que valga la pena
pagar la boleta. Incluso ahora que lo pienso no hay más de dos secuencias de
diálogos encantadores que no esté remachada por él. Cuando Walz ya no está en
la película, la única alternativa que le queda a Tarantino son los balazos y las
explosiones.
Es imposible que gane, reconociendo eso sí que los jueces
son suficientemente estúpidos como para premiarla.
Beast of the southern wild
De tanto en tanto los miembros de la academia deciden
nominar a un actor, a una actriz o a una película de la que nadie ha oído hablar
para dejar en evidencia su erudición y su amplitud de miras. Eso pasó, por
ejemplo, con Catalina Sandino. Este año la oportunidad fue para esta cinta de
solo una hora y media que se hace larguísima por lo aburrida. En realidad hace
mucho no me sentía tan desconectado de lo que ocurre en la pantalla.
Es a su manera una película tan
pretenciosa como cualquier superproducción. En realidad la fatuidad no está solo
en los grandes presupuestos y en la pirotecnia. El cine independiente, con su
pretendida profundidad disfrazada de sencillez, se acerca con frecuencia a la
misma superficialidad de la gran industria.
Por supuesto la niña, Quvenzhane Wallis, merece una mención
aparte; y al lado de Emmanuelle Riva es tal vez la mejor dotada para recibir en
esta oportunidad el premio a mejor actriz principal.
Amour
Tal vez debido a que con el paso del tiempo los niveles de
testosterona tienden a mitigarse, ahora lloro fácilmente con algunos films. Y
la verdad es que me gusta. Eso en todo caso me pasó con esta película de
Haneke, que como era de esperarse cae como una patada en el hígado. El solo
hecho de que haya directores que se atrevan a tratar con tal seriedad el
universo de la vejez es ya un alivio en este mundo estupidizado por la obsesión
con la niñez y con la juventud. Pero además es muy reconfortante ver el trabajo
de artistas capaces de darle al amor, otro tema reducido a la ramplonería, una
dimensión tan profunda.
No me cabe duda de que en un mundo en el que la estupidez no
fuera la norma, Amour de Michael Haneke sería la rotunda ganadora del Oscar a
la mejor película.
Silver linings
playbook
Esta película es el peor irrespeto a la inteligencia del
espectador que he visto en mucho tiempo. Todo en ella es por lo menos mediocre,
sino decididamente malo: las actuaciones, empezando por Bradley Cooper, que
luce sobreactuado todo el tiempo; y terminando con Robert De Niro en un papel
demasiado torpe; Jennifer Lawrence no lo hace tan mal, pero de ahí a que la
nominen a un Oscar y atrevidamente la pongan en el mismo nivel de Emmanuelle
Riva… ahí sí hemos perdido la cordura del todo…
Y ni qué decir de la dirección:
David O. Rusell queda totalmente desdibujado a la luz de The Figther, que sin
ser precisamente magistral, era una película aceptable y bien lograda.
Los Miserables
En mi vida
solo he visto con gusto unos cuantos musicales: West Side Story, Singing in the
rain, Jesus Christ Superstar y Dancer in the dark. El resto no los
soporté. Por esa razón, y porque Los miserables es una de mis novelas preferidas,
creo que me voy a abstener de ver la película de Tom Hooper.