Ejercicio de caricatura sobre alguien difícilmente más caricaturizable.
No hay mucho que quiera decir de Woody Allen, excepto que
espero cada una de sus películas como si fuera el mensaje de un viejo amigo. Incluso,
así como me ocurría con Ernesto Sábato, de tiempo en tiempo me descubro
pensando lo mucho que voy a extrañar su forma de ver el mundo
cuando el tipo deje de filmar.
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