Esta pretendía ser una entrada muy corta... pero el tema es Batman...
Fui a ver The Dark Night Rises con la ansiedad de cuatro
años de espera. Ansiedad acentuada por la efectiva campaña de promoción y expectativa.
La inquietud, mía y de la mayoría de seguidores de la saga, era cómo iba a superar
Christoper Nolan la intensidad de Dark Nigth Rises y el encanto de Joker, el
personaje interpretado tan magistralmente por Heath Ledger… parecía imposible.
Además esa segunda entrega había estado muy bien adobada por esa reflexión sobre
el bien y el mal que le ganó el respeto y los elogios de un gran sector de la
crítica, que la celebró casi como una muestra de cine de autor y que le dio a
Nolan el prestigio como director de superproducciones, casi al nivel de personajes
como Spielberg y Luckas. Yo, en mi calidad de espectador, siempre he respetado
al tipo, pero no llego a la veneración. De hecho creo que Inception (2010), película
con la que el cineasta inglés selló su prestigio como director de culto, no
pasa de ser una versión larga y aburrida de La Jetté.
En esta oportunidad me inquietaba mucho la similitud entre
el relato que ha ido tejiendo Nolan (y su hermano) con las ideas de Joseph
Capmbell, personaje que cuenta con mi total predilección. Campbell, valga
recordarlo, fue fundamental para George Luckas a la hora de concebir La guerra
de las galaxias y se refirió a la película comparándola con algunos de los más
grandes relatos de la cultura occidental: La odisea, La divina comedia, en fin…
El Batman de Nolan cuanta también con algunos de esos elementos de los relatos
clásicos tan característicos en Luckas: el sacrificio, la caída del héroe (su
descenso a los infiernos), una visión maniquea del mundo, la expiación de las
culpas… El caso es que aunque todos elementos siguen presentes, Nolan dice
nunca haber leído a Capmbell. Lo cual no significa que la influencia no exista…
Como a millares de personas también me llamaba poderosamente la atención Bane. Para cuando se anunció quien interpretaría al villano aún no había visto Bronson y me pregunté quién era ese tal Tom Hardy ¿Cómo era posible que a Ledger lo sucediera semejante desconocido? Ok, por eso siempre he dicho que los prejuicios terminan dándonos una bofetada. En aquella película de Nicholas Winding Refn Hardy deja claro su gran estatura como actor y justifica muy bien su presencia en la saga de Batman. Bronson es un personaje detestable que prácticamente lo hace a uno revolcarse en la silla… Eso solo puede lograrlo un gran actor, uno que sepa darle profundidad a sus creaciones, que se transforme en ellas desde adentro. Y en efecto Bane es poderoso e imponente con solo su presencia. Desde su primera aparición en ese avión esposado y de rodillas uno siente que esta ante un león. Obviamente el toque final se lo da la voz, que se oye siempre como en un plano diferente (probablemente debido a que tuvieron que grabarla de nuevo atendiendo a las críticas que generó el primer tráiler) y que hace vibrar la sala cada que se oye. En mi opinión Hardy no fue inferior a Ledger.
Selina Kyle también me generaba curiosidad: ¿Cómo iba a
lograr esa flaquita de Anne Hathaway ponerse en la piel de un personaje tan carnal y tan malicioso? Me parecía improbable que eso fuera posible
para una belleza lánguida y de aire hipster. Pero me equivoque otra
vez. Hathaway le pone tanta gracia y nos muestra a una villana tan inteligente
que uno lo lamenta cuando termina cada una de sus apariciones . Creo que no es tan sensual como
la Gatúbela de Michelle Pfeiffer, pero no le hace falta. Su aire de revelde buscapleitos
le basta.
Se me ocurre que Dark night rises esta a la altura de lo que
prometió: ser una épica conclusión de la saga, tan emocionante como su antecesora. En las más de dos horas y media
que dura uno escasamente tiene tiempo de espabilar y a diferencia de Dark
Knigth, que cuenta con ese clímax en la mitad que partía a la película en
dos, en esta entrega el relato fluye encadenado, con un respiro luego del
primer encuentro entre Batman y Bane pero reservando el impacto mayor de la
historia para el final.
Hay que reconocer que el guion es grandilocuente y a ratos algunos giros parecen inverosímiles, propios de un comic y no del
aliento realista que Nolan siempre le quiso dar. Pero aun así creo que mañana
mismo iré a repetirla por tercera vez.
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