domingo, 18 de diciembre de 2011

Taxi Driver de Michel Gondry

Un pequeño repaso a la Historia del Cine con unas cuantas películas 'suecadas'




A propósito del próximo estreno de Hugo, la última cinta de Martin Scorsese, que sea este un buen momento para recordar a Michel Gondry con sus películas suecadas, esas extrañas y divertidas declaraciones de amor al cine.

Son casi innumerables los tributos que el Cine le ha rendido al Cine mismo. Desde el Cine-Ojo de Dziga Vertov hasta Cinema Paradiso . Recientemente  vimos Super 8, de J.J. Abrams, habrá que ver además The Artist. Hugo, La última película de  Martin Scorsese promete ser también un homenaje espléndido al Séptimo Arte y a uno de sus figuras tutelares: George Melies. A propósito de ella, y como parte de la campaña de promoción, en los cines franceses y europeos se exhibe actualmente un tráiler filmado a la manera del que es a mi juicio uno de los más bellos cantos de amor a la cinematografía: Be kind rewind (Rebobine, por favor). Película  de 2008 protagonizada por Jack Black y Most Def y dirigida por Michel Gondry.

En Rebobine, por favor el par de encargados de una agónica tienda de alquiler de videos borran por accidente el contenido de todas las cintas y enfrentan un primer gran problema cuando una cliente llega para llevarse los Cazafantasmas. La solución que se les ocurre a Black y a Def es filmar nuevamente la película… y lo hacen a su manera, obviamente: con una vieja cámara de video y con los efectos especiales y las locaciones más improvisadas que se pueda imaginar… Léntamente van grabando toda la colección de la videotienda y cuando les preguntan por la bizarra calidad de las nuevas películas ellos responden que son  películas suecadas, es decir, son versiones filmadas en Suecia. Con los días las películas suecadas se convierten en un éxito entre los clientes y el par de encargados se dedican a filmar a su manera buena parte de la historia del cine…. El argumento es por supuesto absurdo, pero resulta fácil para el cinéfilo promedio sentirse identificado con esos personajes casi empalagosos pero simpáticos que tratan de mantener a fuerza de imaginación esa tradición de películas que alegraron la infancia de tantos de nosotros.
No es un tributo a las llamadas obras maestras del cine, sino a esas películas que aunque pudieran ser calificadas de menores por la crítica, hacen parte de los amores del gran público.



Así pues el tráiler protagonizado por Gondry es suecado, con todo lo que ello significa: imagen de dudosa calidad, pésima actuación, efectos visuales ridículos, pero en suma una delicia. Es una versión de Taxi Driver (también de Scorsese, claro).  Luego de Be kind rewind suecar películas se puso de moda en youtube donde se encuentran decenas de clasicos grabados de la manera más espontánea por gente de todo el mundo. Suecar se convirtió en una especie de fenómeno y no me extrañaría que a la larga fuera considerado un subgénero. Junto con Taxi Driver suecado esta semana seleccioné la versión suecada de otros tantos clásico: Jurasic Park; Batman, the dark nigthShining  y Terminator 2. Se trata de pequeñas dosis de absurdo, obviamente, pero no les falta humor. Son modestas celebraciones de ese cine, que en ocasiones, y parafraseando a Juan Diego Mejía, es mejor que la vida.

Taxi Driver, suecado. Protagonizado por Michel Gondry.



Jurasik Park, suecado. Uno de esos videos que te hacen pensar que en ocasiones lo únco que se necesita es tener una cámara.

Dark Knigth, suecado. Uno quisiera que durara un poco más.


The shining, suecado. ese Jack Torrance no tiene nada que envidiarle a Nicholson.


Terminator II, suecado. Como en buena parte de estas películas, la banda sonora es una delicia.



Por último, para quienes no han tenido la oprotrunidad de ver Por favor, rebobinar aquí esta el trailer:





miércoles, 14 de diciembre de 2011

3. Kurt Cobain

Grandma take me home, I want to be alone


Muy pocos de entre quienes vivieron el rock de los 90`s lograron resistirse al magnetismo de Kurt Cobain, ese glorioso miembro del llamado club de los 27

Kurt Cobain
Kurt Cobain
El furor por Nirvana me sorprendió en los primeros años de la adolescencia una tarde luego de algún concierto en el Carlos Vieco. No alcanzo a recordar si el grupo que estaba tocando era la Pestilencia. Tal vez sí, venían de Bogotá en todo caso, pero no sé. Muy cerca del escenario  se sacudían una infinidad de brazos y cabezas  con el pogo. Subí hasta el último lugar de las gradas, donde se hacía la gente misteriosa y con cara de interesante. Mi intensión  en realidad era  ponerme a salvo: aún no llegaba mi tiempo para participar en esas faenas. 

La canción terminó y el pogo se fue disolviendo lentamente, de él vi salir a Nico. Era la segunda vez que lo veía en varios años, desde que terminamos la primaria. Había regresado al país quince días antes. Le hice señas con la mano. Él subió  en dos zancadas y se sentó a mi lado. Chimba de pogo, dijo. La banda reinició el toque. Nosotros nos quedamos hablando, por eso éramos amigos: nos gustaba hablar. Me contó cosas de los toques en el sitio donde había vivido todo este tiempo. Eso allá es brutal viejo. Y los bares brutales. Yo me lo imaginé en esos sitios y envidié su suerte, pero ahora que lo pienso a él seguramente no lo habían dejado entrar a ningún bar, era casi un niño aún. Había vivido en Seattle. A mí, como creo que a mucha  gente, ese lugar no me decía nada y me parecía muy triste irse a vivir a los Estados Unidos a un sitio que no fuera Nueva York…. Antes de despedirnos esa tarde de 1990 sacó de su mochila un cassete y me lo entregó. Oiga esto y me cuenta, una chimba ¿Usté ha escuchado a The Pixies? Le dije que sí. Él mismo me había enviado una cinta. Estos manes son más chimbas que The Pixies. En la etiqueta del cassete Nico había escrito con marcador Nirvana, ese era el nombre del grupo y a mi me pareció un poquito cursi. El trabajo se llamaba  Bleach.

Llegué a mi casa y escuché el cassete. No me disgustó en absoluto, me recordó a los Ramones. Pero aunque  este era un sonido más crudo, Sliver, la canción que más me gustó,   era de tal dulzura que  parecía compuesta por los Beatles: mom and dad went to a show… Lo que más me impactó fue la fuerza del vocal, Kurt Cobain. Fue el principio de un gran amor musical (muy predecible y todo, pero un gran amor) Mucho tiempo después, algún día de 1994, luego de haber aprendido a idolatrar Incesticide, In Utero  y el Unplugged oí  que Cobain se había volado la cabeza con una escopeta… En principio me pareció de mal gusto: en ocasiones morir así es la peor forma de esnobismo...

sábado, 3 de diciembre de 2011

2. Francisco de Quevedo y Villegas

Soy un fue, y un será y un es cansado

Este es el segundo de una serie de pequeños ejercicios de retrato (escritos y dibujados). En esta oportunidad Quevedo, ese poeta apasionante y extraño.

Francisco de Quevedo y Villegas
Francisco de Quevedo y Villegas 

Me gustaba esculcar entre los libros viejos de mi padre. Él acostumbraba guardarlos en un baúl enorme asediado por el comején y las polillas. Lo mantenía herméticamente cerrado durante meses y solo lo abría para ubicar nuevamente las dosis de naftalina.  Mi hermano y yo aprovechábamos entonces la oportunidad para extraer las vísceras de esa especie de paquidermo. Abundaban los  Libros sobre política, economía y sindicalismo; áridos e insufribles todos ellos. También eran comunes, y de sobra más aceptables, los tratados de gramática y las historias de Colombia. Ese baúl siempre nos deparaba alguna sorpresa. Había libros extrañísimos por el  estilo de Las Ruinas de Palmira,  y una colección de obras de Vargas Vila que leí  por pura ociosidad.


Una tarde descubrí un volumen destartalado cuya tapa rezaba el siguiente título: Hechos y picardías de los hombres de letras. Jamás he podido recordar el  nombre del autor. Era un compendio de anécdotas  y curiosidades de escritores, muchos de ellos de Siglo de Oro español. Pequeñas historias entretenidas y contadas de la manera más colorida y amena. Ese libro fue mi primer contacto con Francisco de Quevedo, en quien se detenía constantemente para relatar sucesos casi inverosímiles y graciosísimos (muchos de ellos escatológicos)  que iban dibujando  a  Quevedo como un hombre pendenciero, osco, feísimo y cojo, pero al mismo tiempo singular y encantador. La historia que mejor se me quedó grabada es muy conocida y sin duda apócrifa: un amigo desafía a Quevedo a que le diga coja a la reina en su propia cara y el poeta, buscapleitos y atrevido  como siempre, se presenta ante ella con un clavel en una mano y una rosa en la otra,  y le dice de la manera más obsequiosa: entre un clavel y una rosa es coja, la reina es coja. Por aquella época ese chiste  me hizo mucha gracia.

Luego fui descubriendo lentamente al impertinente Quevedo, al conceptista eternamente en contienda con Góngora y los culteranos. Al conceptista de los sonetos de amor delicados y en apariencia tan ajenos al ogro que  siempre simuló ser don Francisco. Leí con avidez La vida del Buscón don Pablos pero, por una razón que desconozco, no recuerdo ahora una sola letra de ese libro. Sin embargo sé que me sacó varias risas. Me encontré  luego con el poeta de las sátiras y las letrillas; tengo muy clara eso sí la tarde en que leí la antología en la cual están estos versos: pelo fue aquí, en donde calavero, calva no sólo limpia, sino hidalga; háseme vuelto la cabeza nalga…

Por supuesto fue un gusto enorme encontrar también a don Francisco como uno de los personajes de la saga del Capitán Alatriste. Allí Arturo Pérez Reverte nos presenta al poeta como un espadachín consumado y hábil, siempre dispuesto para el duelo.

Al Quevedo que me más me gusta recordar es al de los poemas casi místicos y existencialistas. Al hombre siempre consciente del sinsentido de la vida y de su fugacidad, al filósofo huraño que siempre encontró refugio en la literatura. No sin pudor por estar repitiendo lo que es prácticamente un lugar común, transcribo algunos versos de aquel tan citado soneto, pleno de sabiduría: ayer se fue; mañana no ha llegado, hoy se está llendo sin parar un punto; soy un fue, y un será y un es cansado.